1° de Mayo: DÍA INTERNACIONAL DE LAS Y LOS TRABAJADORES

La situación de los trabajadores argentinos hoy es compleja, estamos agotados y agotadas.

La posibilidad de vivir con un trabajo se ha clausurado en este país. Ya casi nadie gana el costo de la Canasta Familiar, que está  compuesta por vivienda + servicios + alimentos + educación + salud + entretenimiento + consumos culturales.

Hoy todas y todos tenemos 2 y hasta 3 trabajos para tener lo básico. El pluriempleo ha crecido a costa de nuestra salud mental y física. No se ve en el panorama político a alguien capaz de resolver la frágil situación económica y por ende social, en la que está sumido el país. Producto de y sumado a eso, las masas laboriosas estamos en un momento de reflujo como consecuencia del enorme golpe que hemos sufrido desde la llegada de este gobierno.

Nuestras vidas cambiaron, y no fue para bien.

No estamos solos en esta situación. En un contexto de globalización y hegemonía del capital financiero, las y los trabajadores del mundo enfrentamos desafíos estructurales que exigen resistencia colectiva y reivindicaciones urgentes.

Las empresas ya no tienen bandera, trasladan su producción a países con salarios bajos y derechos laborales débiles, generando desempleo y pérdida de derechos en los países que los tienen. Las plataformas digitales y empleos informales proliferan, sin seguridad social ni estabilidad. Las empresas avanzan sobre nuestras vidas, la plataforma Amazon monitorea cada movimiento, violando la privacidad de sus trabajadores. El límite del derecho a huelga para los servicios esenciales (siempre en aumento) no es un invento argentino, es un mal mundial.

En 2024, la inflación global superó el 7%, y los salarios no le siguieron el ritmo.

Para nosotros, desde 2024 los salarios han caído en picada. El rumbo que ha tomado este gobierno, hacia la integración intensiva a ese mundo globalizado que exige una productividad del trabajo que este país no puede alcanzar porque no cuenta con medios de producción acordes, lo obliga a explotarnos aún más a la vez que nos paga menos para alcanzar los costos mínimos internacionales.

Es decir que el problema en el que estamos las y los trabajadores de argentina no es demasiado distinto a los del mundo, pero nosotros tenemos el agravante de caer desde mucho más abajo que los obreros de los países desarrollados.

Ante este panorama tenemos que tomar decisiones de conjunto, no existe instancia más democrática que la asamblea general, donde todas y todos tenemos la posibilidad de hablar en ese ámbito sin censura y quien mejor que el conjunto de las y los trabajadores para determinar qué hacer y cómo hacerlo. En la radio las y los trabajadores estamos todos en el mismo barco ¿por qué no nos juntamos en una gran asamblea general y vemos qué podemos hacer?

Nuevamente hay rumores de privatización y nuestros salarios están por el piso, tan por el piso que opaca las ganas de defender lo que hay. Tenemos que superar esa emoción y juntarnos para poder salir del atolladero en el que estamos.

Defendamos entre todos con el método democrático por excelencia que es la Asamblea General, nuestro salario y nuestra fuente de trabajo.

En este primero de mayo, reivindicando la histórica lucha de las y los trabajadores del mundo, decimos, hoy más que nunca ¡UNIDAD DE LAS Y LOS TRABAJADORES!