PROSCRIPCIÓN Y AJUSTE: DOS CARAS DE LA MISMA OFENSIVA

Desde ATRANA, el sindicato  de las y los Trabajadores de Radio Nacional expresamos nuestro repudio al reciente fallo de la Corte Suprema, que configura una nueva forma de proscripción política a Cristina Fernández de Kirchner, bajo los ropajes de legalidad formal. No es un hecho aislado, sino un gesto político, que interviene en el terreno de lo electoral y lo democrático con consecuencias graves para la vida institucional del país.

Este fallo se produce en un contexto alarmante, donde los poderes del Estado convergen en un proyecto que pretende gobernar sin oposición real, sin paritarias libres, sin derecho a huelga, sin voces disonantes en los medios públicos, y sin calles ocupadas por quienes reclaman. Es un modelo de orden autoritario que no tolera el conflicto social ni la organización de las y los trabajadores.

A la par de esta proscripción, se profundiza el ajuste, con despidos masivos, cierre de organismos públicos, desfinanciamiento de la salud, la educación y la cultura, y un ataque sistemático a los derechos laborales y sociales conquistados por décadas de lucha. En este esquema, los medios públicos son un blanco estratégico: su existencia molesta porque expresa una idea de lo común, de lo colectivo, de lo que no se compra ni se vende.

Por eso afirmamos que proscripción y ajuste son dos caras de una misma ofensiva, que busca desarticular la democracia desde adentro, bajo formas institucionales pero con un claro contenido regresivo y excluyente.

Como trabajadoras y trabajadores de la radio pública, no somos espectadores. Nos atraviesa, nos afecta y nos convoca porque sufrimos ese ataque desde el primer día que asumió el actual gobierno. Primero con una campaña de estigmatización hacia las y los trabajadores, luego con los despidos de cientos de compañeros contratados, a continuación con la censura cotidiana con la que se nos presiona con el fin de elaborar una línea editorial que solo falsea la realidad y no da ningún resquicio para el ejercicio libre de la actividad periodística. Y todo eso es el marco de un aniquilamiento salarial en el que hace 9 meses que no percibimos aumentos.

Frente a esta avanzada, reafirmamos la necesidad de un plan de lucha nacional, con paros y movilización, que unifique las demandas de los distintos sectores del movimiento obrero y popular, por un salario mínimo igual a la canasta familiar, en defensa de nuestros derechos, de los medios públicos y de una democracia real y sustantiva.