El 2020 en Radio Nacional: así luchamos contra la pandemia y la paritaria cero

Se termina un año muy particular para toda la humanidad, la primera pandemia del mundo globalizado.

Allá por marzo, cuando llegaba el primer caso al país, desde la Comisión Directiva de ATRaNa dábamos cuenta de que se avecinaba un año muy complejo para los trabajadores.

Fue así que el 15 de marzo presentábamos el primer protocolo de bioseguridad para los trabajadores de Radio Nacional y debimos batallar a diario durante meses para que se respete e ir adecuándolo de acuerdo a la información que iba surgiendo.

Una vez establecido un protocolo que resguardaba la salud de los trabajadores en donde por entonces era la zona más afectada, la cuestión del salario pasó a ser prioritaria y pusimos en pie una serie de asambleas que votaron, en principio, ir por la deuda de la paritaria 2019/2020.

La primera respuesta que obtuvimos de la empresa  fue que no podían recomponer el salario porque “el Estado está quebrado”.  Al tiempo que se nos decía eso,  la misma administración les duplicaba el salario a los directores y contrataba gerentes por más de 350 mil pesos mensuales.

El mismo Estado que, aún “quebrado”, pagaba religiosamente miles de millones de dólares en concepto de intereses de deuda  externa.

Mientras, la burocracia de todo pelaje actuante en Radio Nacional, la que le firmó la paz social a Macri, hacía su trabajo: decía a sus afiliados que lo mejor era esperar sin hacer nada, porque -por lo menos- tenemos trabajo y metía miedo con que nos podían echar. Así,  le daba la espalda a los reclamos y participaba, una vez más,  del ajuste contra los trabajadores.

Los trabajadores, sin embargo, no nos dejamos amedrentar. En plena pandemia, dispersos obligadamente por el aislamiento logramos dotarnos de un método de deliberación a través de las asambleas virtuales y aprovechamos que la cuarentena borraba fronteras para nacionalizar como pocas veces nuestra lucha.

No fue fácil. Requirió de persistencia y convicción para sortear problemas técnicos, dudas y un sinnúmero de dificultades. Así, desde La Quiaca a Tierra del Fuego, pasando por Buenos Aires y las demás provincias, trabajadores de todo el país confluyeron en una deliberación común, expusieron sus problemas y realidades y fuimos procesando un debate que nos permitió elaborar una estrategia y, sobre todo un programa.

Todo este largo y trabajoso recorrido, que incluyó asambleas, reuniones, documentos, agitación, campañas y pronunciamientos y que, entre otras cosas, se expresó en un masivo petitorio nacional por el salario, tuvo su punto culminante en el contundente paro nacional de 24 horas que arrancó a las 20 del 18 de noviembre.

Un paro que cada uno de los trabajadores sintió propio porque fue la expresión genuina de una necesidad acuciante. Ante el conocimiento de que nuestro salario se cae a pedazos y que todas las promesas de mejoras eran cáscaras vacías, nos decidimos a  transformar esa realidad mediante la acción de conjunto. Eso hizo del paro un parazo.

Sólo eso explica que hayamos podido conseguir un aumento que, aunque miserable e insuficiente, superó por mucho la primera tentativa de RTA de imponernos una “paritaria cero”.  Y que también hayamos podido torcer la segunda tentativa, en este caso la de darnos el magro 7% que recibió todo el estado.

Sin embargo, los pasos organizativos que conquistamos trascienden lo conseguido ahora y siembran las bases para expandir aún más la nueva fase organizativa que iniciamos los trabajadores de Radio Nacional.

El impacto del enorme paro que llevamos adelante dio cuenta, sobre todo, de que la  necesidad de tener una recomposición salarial es el centro del problema de los trabajadores, en cada rincón del país. Y que la lucha consecuente por obtenerlo es el principal factor movilizador y organizativo para, desde ese lugar, ir por todas las demás reivindicaciones: por el pase a planta, por la lucha por mejorar las condiciones y la infraestructura, por la defensa de la radio pública y federal, la zona desfavorable, las cuestiones de género, el reaseguro de las condiciones sanitarias, entre otras. 

Lo que nos llevó a esta situación

Desde 2017 que no tenemos una paritaria en regla.

Desde entonces hemos perdido un 56% del poder adquisitivo de nuestro salario.

En 2018 debimos dar un duro combate contra la paritaria cero que finalmente logramos quebrar. Pero lo que por entonces veíamos como una aventura de Hernán Lombardi este año se verificó como una “política de Estado” de RTA, destinada a pulverizar los salarios de los trabajadores de las radios nacionales.

Esta política de RTA tiene como base el compromiso que ha asumido el Estado con el FMI de bajar el déficit fiscal al 3%. Para ello no duda en arremeter contra los trabajadores activos, pasivos y desocupados: así,  lleva a los jubilados a la indigencia, a los trabajadores a la pobreza y a los desocupados les quita el IFE.

Este primer episodio anual de lucha por recuperar algo del salario perdido nos ha demostrado que la Asamblea General, el intercambio fraternal y sincero entre los trabajadores y las acciones de conjunto, son el método más eficiente.

También esta etapa ha dejado más claro que nunca que la burocracia sindical  no puede darnos ninguna respuesta, el camino para hacer frente a esta crisis no va a ser con ellos, va a ser a pesar de ellos.

Los grandes capitales nacionales y extranjeros hablan de los “inevitable” de una devaluación. El Financial Times dijo que “ La Argentina va rumbo a chocar con la devaluación del peso”, mientras que por estas tierras Lavagna reconoció que “una devaluación, que sería una derrota, puede ser inevitable” (Clarín 30/12) y el gobierno se apresta a tratar de obligar a los exportadores a liquidar divisas, cosa que no hacen a la espera de conseguir aún más pesos por dólar. Una devaluación sumada a las anunciadas subas de servicios y la cancelación de los precios cuidados, sería una catástrofe para los asalariados.

Esto nos plantea la necesidad de que la voz y el programa de los trabajadores esté presente en la mesa paritaria, por eso es menester que el sindicato que es de todos los trabajadores se desarrolle en todo el país y elijamos delegados paritarios por regiones para que nuestra realidad ingrese a las paritarias. Desde “afuera” hemos logrado mucho, desde adentro podremos aún más.

Nos quedan pendientes reivindicaciones muy sentidas, recuperar el salario perdido ya que nuestro básico está por debajo de la canasta de pobreza, que nos paguen lo adeudado de enero a octubre 2020, el pase a planta de los compañeros y compañeras contratados, imponer el respeto del protocolo de bioseguridad en todo el país, el pago de los gastos que ocasiona el teletrabajo, el ítem zona desfavorable, las recategorizaciones, cubrir los puestos de las y los compañeros que se han retirado o jubilado, el acondicionamiento de edificios de las distintas radios y plantas transmisoras entre otras.

Por todo esto es que llamamos a todas y todos los trabajadores a fortalecer la Asamblea General y nuestra organización en defensa de nuestro salario y nuestras condiciones de trabajo.