RADIO NACIONAL DEJARÁ SIN COBERTURA ELECTORAL A SUS 49 EMISORAS:
Una decisión que desnuda el desinterés oficial por la información pública.
Este domingo 26 de octubre, mientras millones de argentinos acudan a las urnas para renovar parte del Congreso Nacional y cargos ejecutivos en Santiago del Estero, Radio Nacional —la emisora pública con presencia en todo el país— no pondrá al aire sus 49 estaciones locales, dejando a vastas regiones sin cobertura directa en una jornada clave para la democracia. La decisión se justifica en la negativa a pagar horas extras a las y los trabajadores, una excusa que revela una política de desmantelamiento comunicacional más profunda.
La medida implica un apagón informativo que refuerza una tendencia preocupante: el retiro sistemático del Estado en su rol de garante del derecho a la información. No se trata de un hecho aislado, sino de una estrategia que debilita el federalismo, impide que las comunidades conozcan cómo votaron sus distritos y rompe con una tradición de servicio público que durante décadas acompañó cada proceso electoral.
En lugar de reforzar los equipos como históricamente se hacía en jornadas electorales, se opta por no reconocer ni garantizar las condiciones laborales necesarias para cumplir con la función informativa. Esta desvalorización del rol profesional en los medios públicos revela una visión que considera a los medios estatales como un gasto prescindible y no como un servicio.
Para posar de federalista, RTA dispondrá de un —sí, uno solo— trabajador para cubrir lo que ocurra en toda la provincia, en un horario acotado y definido desde Buenos Aires. Este corresponsal no saldrá al aire desde la radio ni utilizará sus herramientas, lo que refuerza la idea de que informar no es la prioridad.
Exigimos que cada emisora trabaje con todo el personal necesario para llevar adelante una jornada tan importante como la del domingo. La cobertura electoral no puede depender de voluntades aisladas ni de parches improvisados: requiere compromiso, recursos y respeto por el derecho de la ciudadanía a estar informada.
En tiempos de polarización y desinformación, el retiro del Estado de los espacios informativos no solo es irresponsable: es peligroso. La ciudadanía merece saber qué ocurre en su provincia, en su ciudad, en su barrio. Y los medios públicos —sostenidos por todos— tienen la obligación de garantizarlo. Este domingo, el silencio de Radio Nacional será el sonido de una política que elige callar cuando más se necesita hablar.

