La Nación y la Barbarie contra la mujer y los trabajadores

(El siguiente texto es una respuesta y reflexión sobre el editorial que publicó ayer el diario La Nación, intitulado “Niñas madres con mayúscula”)
El diario La Nación vuelve a la carga con su cruzada abierta contra el aborto legal y el derecho de la mujer a decidir con un editorial aborrecible, perverso e hipócrita. También evita decir que el Estado es responsable en la protección de la infancia. Y fundamentalmente, La Nación no dice que todo abuso y violación es la cara más aberrante de la opresión y dominación que existe contra las mujeres.
La Nación nos habla de dos “madrazas” de 13 y 14 años apelando al incomprobable testimonio de una de ellas quien, ante la supuesta sugerencia de su madre para que interrumpa el embarazo, habría respondido “a mí nadie me lo saca”.
El editorial se aferra a este “a mí nadie me lo saca” para que reflexionemos (sic) “sobre lo que es natural en la mujer, lo que le viene de su instinto de madre, lo que le nace de sus ovarios casi infantiles”.
Lo que el editorial de La Nación no señala es que toda niña embarazada es una niña violada.
Una niña no es “madre ni madraza”.
Es la víctima de un abuso en donde el Estado y un contexto social perverso, envilecido, en el que ella no es considerada sujeto con derechos, la condena a ser estigmatizada y a asumir una “maternidad” ni elegida ni consensuada.
A todo esto, el editorial del diario de los Mitre y Saguier remata: “Admiración hacia las niñas madres, madrazas por cierto. Tristeza para las “abuelas abortistas” que felizmente no lograron su criminal propósito”.
Por cierto, La Nación elude perversamente no contar el testimonio del calvario que padeció recientemente una niña en Jujuy, triplemente sometida: a una violación, a la no interrupción LEGAL de su embarazo y finalmente a una cesárea.
El nacimiento fue celebrado por quienes dicen defender “las dos vidas” aún a costa de que el nacido haya muerto a los pocos días; y de que la niña violada y obligada a parir haya quedado de por vida vejada en su dignidad, y en su derecho a ser protegida por el Estado nacional y provincial.
Es hipócrita sostener la vaga alusión acerca de que la cuestión va “mucho más allá de la forma en que se gestaron los embarazos, claramente nada deseada ni deseable”. Esa “forma” es un delito. La violación es un delito gravísimo. Pero La Nación hace caso omiso del contexto, más en un país donde el 50 por ciento de los niños y adolescentes son pobres.
Lo que parece desconocer La Nación es la vulnerabilidad de una niña de 12 o 13 años; vulnerabilidad agravada por un acceso casi nulo al sistema de salud y educación públicos; agravada por campañas ultramontanas llevadas adelante por la Iglesia quien mediante un lobby feroz presiona a médicos, y a las mismas niñas víctimas de violación para que no puedan decidir.
El diario parece ahora abogar por la implementación efectiva de la Educación Sexual.
La Nación obvia hasta la náusea que cobija escribas de notoriedad pública quienes se opusieron con saña a la sanción de una ley por el aborto legal, así como a la implementación de políticas públicas reales de educación sexual.
Uno está tentado a decir que La Nación atrasa un siglo o más. Pero sería una lectura incompleta.
La Nación, con su pluma pontificadora y edulcorada, pretende esconder la brutal ideología que inspira esas líneas. Una ideología que promueve el control absoluto por parte del Estado (y la Iglesia) del cuerpo de la mujer.
Una ideología de dominación que pretende perpetuar las condiciones de vulnerabilidad de las clases oprimidas mediante el control de la reproducción de la vida humana como capital.
La Nación no atrasa siglos porque precisamente busca perpetuar las condiciones de explotación que la clase trabajadora, y sobre todo las mujeres, padecen – desde hace siglos.
La Nación sabe perfectamente lo que dice al publicar este editorial disfrazado en la defensa de las “dos vidas”.
Responde a intereses que se sostienen en base a la explotación de los y las trabajadores y en ese empeño, impone a la mujer el papel de la maternidad obligatoria.
A poco más de un mes del 8 de Marzo desde Atrana decimos que son
#NiñasNoMadres
Desde Atrana, exigimos
#AbortoLegalYGratuitoYA
#SeparaciónDeLaIglesiaDelEstadoYA