ASAMBLEA GENERAL YA!

La primera reunión en el Ministerio de Trabajo, a principios de marzo, nos dio la muestra de cómo viene la negociación salarial este año.
Fue directamente la funcionaria del Ministerio quien dijo que no se podía hablar de aumento porque todavía no había “pauta oficial”.
Recordemos, además, que el Decreto de Necesidad y Urgencia que firmó la Presidenta el último día hábil del año pasado, da cuenta de ello ya que en él se establece que los pagos deberán adecuarse a lo que establece el Gobierno, de lo contrario, no serán aprobados.
Esto es ni más ni menos, que un claro intento de clausurar las paritarias y dar el aumento que el Estado considere.
Decimos que esto clausura las paritarias porque atenta contra su naturaleza. Las paritarias son, como la palabra lo dice, una negociación en igualdad de condiciones. Imponer un porcentaje unilateralmente es suprimir la paritaria.    
Pero esto no es una condena. Los trabajadores tenemos sobradas pruebas que la voluntad de una asamblea general pesa más que cualquier intento de imposición de cepos salariales. Cuando los trabajadores de conjunto deliberamos sobre nuestras necesidades y elaboramos los reclamos y los métodos para conseguir lo que demandamos, cambia la historia.
Contrariamente a lo que gustan pregonar quienes no quieren la unidad de los trabajadores, no se necesita de ningún “permiso” para juntarnos a deliberar ni para realizar acciones en defensa de nuestros derechos o nuestros salarios.
Lo dice la Jueza Cervini de Cubría en sus fundamentos cuando procedió a archivar la causa que iniciara la Radio a un grupo de trabajadores por realizar un paro, por “inexistencia de delito”.  
Eso no impide el accionar terrorista de la Dirección, que no pierde oportunidad de intimidar a los trabajadores en ejercicio de sus legítimos derechos, como fue el caso de las cartas documento enviadas el 7 de julio del año pasado. O la inscripción en rojo en los recibos de sueldo de los compañeros contratados.
Este accionar tiene por objetivo desmovilizar para poder seguir con su política de flexibilización y decadencia salarial.
De esta forma se asegura que los contratados no pasen a planta; que se sigan considerando “suplentes” a trabajadores que en los hechos no lo son; que el techo salarial del Estado sea el único aumento que recibamos y que se vulneren todo tipo de derechos al extremo de poner en riesgo la vida de los trabajadores por las condiciones deplorables de los distintos edificios de las Radios.
Se aseguran también con esta política divisionista que en las radios del interior los directores hagan y deshagan a su antojo.
Esta es la política de la patronal. Nosotros necesitamos elaborar la nuestra. El mejor ámbito para hacerlo es la Asamblea General. Es de allí de donde debe salir el porcentaje de aumento que necesitamos y los pasos necesarios para conseguirlo. También debe ser el lugar en el que los trabajadores den la última palabra sobre cualquier acuerdo al que pueda llegarse. Claro que para eso se necesita que quienes discuten con la patronal sobre nuestros salarios y demandas, expresen fielmente los mandatos que votan los compañeros y sean respetuosos de ellos. Necesitamos Asamblea General y paritarios electos por la base.
La unidad de los trabajadores es la única garantía de superación.